Degeneración miope
¿Qué es la degeneración miópica?
La degeneración miópica, también conocida como degeneración macular miópica (DMM), es una afección asociada con la miopía alta (miopía grave). Se produce cuando el alargamiento del globo ocular en la miopía provoca cambios estructurales en la retina, en particular en la mácula, que es la parte central de la retina responsable de la visión nítida y detallada. Con el tiempo, este alargamiento puede provocar el adelgazamiento de la retina y la coroides, el estiramiento de los tejidos y el desarrollo de anomalías como grietas de laca, neovascularización coroidea (NVC) y atrofia macular.
Causas de la degeneración miópica
La degeneración miópica se debe principalmente a cambios patológicos en el ojo debidos a una miopía elevada. Entre los factores que contribuyen a su desarrollo se encuentran:
- Alargamiento excesivo del globo ocular: Esto provoca adelgazamiento y estiramiento de la retina y la coroides.
- Predisposición genética: Los antecedentes familiares de miopía alta aumentan el riesgo.
- Factores ambientales: El trabajo prolongado en lugares cerrados y la falta de actividad al aire libre pueden contribuir a la progresión de la miopía alta, lo que potencialmente conduce a la degeneración.
Síntomas de la degeneración miópica
Los síntomas de la degeneración miópica pueden variar según la gravedad y los cambios específicos que se produzcan en el ojo, pero pueden incluir:
- Visión central borrosa o distorsionada
- Dificultad para ver detalles finos (leer, reconocer caras)
- Manchas oscuras o vacías en el campo visual (escotomas)
- Aumento de la sensibilidad a la luz (fotofobia)
- Un empeoramiento gradual de la visión con el tiempo.
Diagnóstico de la degeneración miópica
El diagnóstico generalmente se realiza mediante un examen ocular completo, que puede incluir:
- Prueba de agudeza visual: para evaluar la claridad de la visión.
- Oftalmoscopia: para examinar la retina en busca de signos de degeneración.
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): una prueba de imagen no invasiva para visualizar las capas de la retina y detectar adelgazamiento o acumulación de líquido.
- Angiografía con fluoresceína: Para detectar vasos sanguíneos anormales o sangrado en la retina.
Tratamiento de la degeneración miópica
El tratamiento de la degeneración miópica se centra en controlar los síntomas y retrasar la progresión de la enfermedad. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
- Inyecciones anti-VEGF: Las inyecciones de factor de crecimiento endotelial vascular (anti-VEGF) (como ranibizumab, aflibercept o bevacizumab) se utilizan comúnmente para tratar la CNV asociada con la degeneración miópica. Estas inyecciones ayudan a reducir el crecimiento de vasos sanguíneos anormales y la pérdida de líquido en la retina.
- Opciones quirúrgicas: En casos raros, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos como la vitrectomía para eliminar la hemorragia vítrea o reparar el desprendimiento de retina.
Vigilancia y prevención de la degeneración miópica
El seguimiento regular con un especialista en retina es fundamental para controlar la progresión de la degeneración miópica y ajustar los planes de tratamiento según sea necesario. Las medidas preventivas, como controlar la progresión de la miopía en la infancia mediante intervenciones como la ortoqueratología o las gotas oftálmicas de atropina, pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar degeneración miópica más adelante en la vida. Si usted o alguien que conoce presenta síntomas de degeneración miópica, es importante consultar a un especialista en retina para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados.